Dedicarle el corazón a alguien durante años para después darse cuenta de que no era la persona que más nos quería o quien más queríamos es duro y deja huellas profundas en nuestro corazón. El dolor que esto nos hace acumular nos hace aún más precavidos y puede llevarnos al aislamiento, especialmente cuando avanza la edad y no tenemos tanto vigor para hacer nuevos lazos. Cambiar esto requiere un gran esfuerzo que a cierta edad ya cuesta demasiado hacer.
Dedicarle el corazón a alguien durante años para después darse cuenta de que no era la persona que más nos quería o quien más queríamos es duro y deja huellas profundas en nuestro corazón. El dolor que esto nos hace acumular nos hace aún más precavidos y puede llevarnos al aislamiento, especialmente cuando avanza la edad y no tenemos tanto vigor para hacer nuevos lazos.
Cambiar esto requiere un gran esfuerzo que a cierta edad ya cuesta demasiado hacer.